La palabra deuda puede ser sinónimo de estrés, altos costos, ansiedad e incluso miedo, pero si hay algo en lo que coinciden los expertos es que la deuda es buena siempre y cuando la uses para generar ingresos que permitan a la deuda pagarse sola.
A continuación, te contaremos cómo pues aprovechar al máximo los préstamos, créditos y otros financiamientos para reactivar tu empresa. Podrás conocer 3 estrategias básicas que te darán suficientes ingresos que te permitirán no solo pagar la deuda sino también poder llevarte beneficios de tu inversión.
3 estrategias para reactivar tu empresa con financiamientos
- Comprar insumos: Es común que las empresas frenen sus operaciones por falta de dinero para invertir en insumos y producción. Usa los créditos y préstamos personales urgentes para reactivar tu cadena de fabricación y así llenar tu stock de productos listos para ser comercializados.
- Invierte en marketing: Un error común es recortar los presupuestos de marketing durante las crisis económicas. Al contrario, debes invertir más en publicidad y estrategias de ventas y captación de clientes pues cuando todos flaquean en sus esfuerzos habrá huecos en busca de ser llenados. Además, el marketing te ayudará a reactivar tus ventas.
- Desarrollo de productos o mercados: Los consumidores están en constante evaluación por lo que invertir en renovar tus productos o en modificar tu mercado enfocándote a un nicho puede ser un gran éxito aumentando tus ventas, reduciendo tus esfuerzos y posicionándote en los primeros lugares del mercado.
La deuda se paga sola
Si bien adquirir deuda no es un truco mágico para darle éxito a tu empresa, más se trata de una forma de conseguir un recurso valioso. La deuda puede catalizar tus estrategias siempre y cuando estén bien desarrolladas ayudándote a alcanzar mejor tus resultados.
La forma en la que la deuda se paga sola está en que, al reactivar tus ventas, generarás ingresos que te ayudará a cubrir los pagos. Al incrementar tus ingresos, tendrás mayor margen para pagar la deuda, los costos y hasta para reinvertir generando así un círculo virtuoso impulsado por la deuda.